La historia detrás de las tipografías que usas a diario

A diario utilizamos o consumimos muchas tipografías: cuando escribimos, cuando navegamos por internet o cuando vamos por la calle y vemos un cartel. Las tipografías son pequeñas obras de arte diseñadas para transmitir un mensaje con sus letras pero también para llevar un significado con su estética, que nos cuenta mucho sobre su época y circunstancias.

Por eso, vamos a hacer un pequeño repaso a la historia que hay detrás de muchas tipografías que vemos a diario:

La Times New Roman, o simplemente Times, recibe su nombre porque Monotype la diseñó precisamente para el diario The Times de Londres en 1931. El diario la utilizó hasta los años 70, pero además comenzó a venderse aparte y se convirtió en la tipografía estrella de la fundición. Se puede ver en libros, periódicos y muchísimos documentos, como los de la diplomacia estadounidense.

Es una tipografía bien proporcionada, elegante y muy legible en grandes masas de texto. Durante muchos años ha sido la tipografía por defecto de Word y otros procesadores de textos, lo que ha contribuido a su extensión mundial.

Su nombre no lo podía dejar más claro: Helvética es una tipografía suiza, diseñada por  Max Miedinger y Edouard Hoffmann en 1957. Se diseñó como encargo para modernizar las tipografías grotescas de la Fundición Haas, y por eso su primer nombre fue Neue Haas Grotesk, que pronto cambió por Helvetica.

Se incorporó a las máquinas de Linotype y eso contribuyó a su expansión mundial, convirtiéndose en una de las tipografías más utilizadas del mundo durante los años 60 y 70, debido a su diseño limpio y su capacidad de adaptarse a cualquier contexto. Es perfecta para titulares y logotipos, aunque no tanto para grandes masas de texto.

Su actual extensión se debe sobre todo gracias a Apple, que la incluyó en sus ordenadores y Adobe en sus programas de diseño.

Si antes hablábamos de Helvetica y de cómo triunfó en los ordenadores gracias a Apple y Adobe, Arial fue la respuesta de Microsoft. Fue diseñada en 1982 como clon de Helvetica en la Fundición Monotype. La idea era crear una tipografía similar a la suiza, con sus mismas medidas y proporciones, de modo que un documento diseñado en Helvetica pudiera mostrarse e imprimirse en Arial sin desmaquetarse.

Microsoft la adoptó en los años 90 en su sistema Windows para no pagar los derechos de Helvetica. Aunque es muy legible y está diseñada para ser vista en pantalla, los diseñadores la consideran una tipografía de baja calidad.

Gotham es una de las tipografías que más furor han causado en los últimos años, especialmente entre diseñadores estadounidenses. En este país pudimos verla en los materiales de la campaña 2008 de Obama.

Gotham fue diseñada en 2000 por Tobias Frere-Jones como encargo de la revista GQ, que buscaba una tipografía «masculina, nueva y fresca». Su diseño está basado en la estética de Nueva York, especialmente en los carteles y textos de fachadas de los años 30.

Al ponerse tan de moda, ha sido utilizada en cientos de industrias diferentes. En España, como curiosidad, es la tipografía tanto de PP como de Podemos.

Calibri es una tipografía diseñada en 2005 por Lucas de Groot del estudio Monotype para Microsoft, y es famosa hoy en día por ser la tipo por defecto en la suite Office, sustituyendo a Arial y a Times New Roman.

Se trata de una tipografía de palo seco, con remates sutilmente redondeados para ser «cálida y suave», según su diseñador.

La historia de Gill Sans tiene su propio artículo en La cabeza llena, pero podemos resumirla explicando que fue diseñada a finales de los años 20 por el inglés Eric Gill para Monotype como respuesta a Futura, que acababa de ser lanzada.

Es muy similar a la tipografía del Underground de Londres, ya que fue diseñada por su maestro Edward Johnston. Se trata de una tipografía típicamente inglesa, elegante pero no aburrida, que funciona muy bien en titulares tanto en mayúsculas como en minúsculas. Quizás, lo más polémico de Gill Sans es la vida de su autor.

Futura fue diseñada por el alemán Paul Renner en 1927. Se trata de una tipografía con formas geométricas y diseño muy limpio, en un estilo que recuerda bastante al de la Bauhaus. La intención de Renner era huir del diseño de las tipografías sin serifas de su época (las grotescas) y apostar por algo completamente limpio e innovador.

Las letras mayúsculas de Futura están inspiradas en las proporciones de las romanas, y las minúsculas están creadas de modo que faciliten el movimiento de lectura occidental (de izquierda a derecha).

Medio en broma medio en serio, Comic Sans se ha ganado el título de tipografía más odiada de la historia por dos factores. El primero es su ubicuidad: a pesar de que es una tipografía con aspecto infantil, se ha visto Comic Sans en avisos oficiales, papeles de Hacienda, funerarias y demás situaciones en las que su aspecto rompe el mensaje. El segundo factor es su baja calidad. Es una tipografía pobre con las proporciones y detalles de diseño mal resueltos.

Comic Sans fue diseñada en 1994 por Vincent Connare para Microsoft (a estas alturas ya habrás comprobado que la compañía de Bill Gates no tiene mucho ojo para las tipografías). Su intención era utilizarla en los menús del programa para niños Microsoft Bob, pero su inclusión en Windows la convirtió en famosa. Su diseñador, atónito ante la repercusión que ha tenido, se lo toma a risa y ha llegado a pedir disculpas.